domingo, 20 de marzo de 2011


La verdad de tantas mentiras

de Emilio Williams, el Domingo, 20 de marzo de 2011 a las 9:33
Me he quitado un corsé. El opresivo corsé del “realismo psicológico”. El del método. El de fingir que existe una verdad, más allá del hecho de que “todo es mentira”.

Ha sido con la ayuda de Charles Ludlam el maestro del Teatro del Ridículo.

Charles Ludlam vivió solo cuarenta y cuatro años (1943-1987), pero en su intensa carrera como autor de más de veinte títulos, director y actor dejó una marca indeleble en el teatro alternativo de Nueva York, y en legiones de fans que hasta hoy le elevan a estado de culto.

Sus disparatadas tramas y parodias llegaron a crear un gran revuelo en un Nueva York, el de los años 60 y 70, que creía haberlo visto todo. Entre sus muchos seguidores estaba Stefan Brecht, sí, el hijo del mismísimo Bertold, que con esta cita describió magníficamente las implicaciones radicalmente políticas de este teatro:


“El teatro del ridículo nos deja con una imagen de la vida social en sus aspectos más básicos y crudos: las relaciones entre los sexos, la vida política o la organización del poder y el estado. Este teatro presenta todo ello como juegos de rol. Y después de mostrarnos la arbitrariedad en la que caemos al representar estos roles, nos demuestra que la representación de cualquier papel es perversa y ridícula. La sátira social radical del teatro del ridículo roza el anarquismo, y tal vez el nihilismo también.”


Sé que me queda mucho que aprender como dramaturgo. Cuanto más aprendo más me queda por aprender.  Por eso me causa siempre recelo y cierta admiración la gente que va por la vida con una actitud dogmática de saberlo todo. ¡Qué suerte tienen! 

Cada obra que empiezo es como un ejercicio de composición, como los deberes del colegio, un reto para aprender nuevas cosas y estirar el brazo un poco más allá. Con “España S.L.” ese reto era experimentar con el lenguaje y, sobre todo, realizar un ataque frontal al poder: al político y al de la cultura institucional; quería hacer un homenaje al teatro ancestral, la esencia de los bufones, el de Guignol, la Comedia del Arte, el teatro del Siglo de Oro, a Valle Inclán, a Paco Nieva, y a las vanguardias; el teatro al que las autoridades les tenía que perdonar todo, porque era una parte importante del discurso público, porque era un espejo deformado cuya realidad nadie podía negar, porque era indispensable. 

Me da la corazonada, que en la medida que en España, cierto tipo de teatro se ha vuelto un divertimento minoritario, uno que depende casi siempre de subvenciones para sobrevivir, hemos perdido mucho. Miro la cartelera de Madrid, y casi no veo ningún ejemplo de obras que traten ni como tragedia, ni como melodrama, ni como comedia, los grandes temas de nuestra actualidad. Y en las raras veces que lo hacen es una mirada atrás, de rascarse las costras de forma partidista y casi siempre tendenciosa.  Fenomenal lo de rascar costras de vez en cuando, pero también hablemos de las heridas abiertas, que son también muchas y preocupantes. 

En el mundo de la cultura pasa igual. No nos atrevemos a decir que esas subvenciones van casi siempre a apoyar de forma desproporcionada las pajas mentales de directores que se sienten muy artistas porque aburren a su público o porque comenten “la originalidad” de descuartizar sin pudor,  textos clásicos que son mucho más interesantes que sus propuestas. 

Es por ello que no podía dirigir mi propia obra desde las mentiras tradicionales. Tenía que crear mi propia mentira. He tenido la suerte de contar con ocho actores que me han permitido con total libertad tirarme a esa piscina. Y juntos hemos encontrado la verdad de las mentiras.

España S.L. en el Off del Teatro Lara. Sábados a las 23:30 y domingos a las 21:00 horas.


El elenco incluye a Rocío García Cano, Antonio de la Fuente, Gema Zancada, Carlos Pontini, Raúl Balboa, Marisa Zapata, María Espejo y Nacho Hevia. Xabier Olza ha sido el Ayudante de Dirección y Artist13 la  Productora Ejecutiva.

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